Informáticos forenses del primer punto de atención digital de la provincia examinan teléfonos y ordenadores en busca de software que controle movimientos y conversaciones de víctimas de violencia machista.

El acoso a las víctimas de violencia machista no tiene límites. Los agresores han pasado de seguirlas, a otra amenaza más invisible, pero no por ello menos intimidatoria, como la instalación en sus dispositivos digitales, sobre todo móviles, de programas espía para controlar sus movimientos y conversaciones. Es el llamado «stalkerware» (la palabra inglesa ‘stalker’ significa acosador), un tipo de software espía que permanece oculto en el teléfono de la víctima y trabaja en segundo plano para extraer datos de su dispositivo, como la ubicación, el historial de navegación o los mensajes y que, a menudo, se utiliza en casos de violencia contra la pareja. Detectarlo no es sencillo y en la Vega Baja las víctimas disponen ya de un servicio para saber si las están controlando a través de sus dispositivos digitales. Bigastro es el primer municipio de la provincia que ha puesto en marcha un Punto de Atención Temprana a la Víctima de violencia de género digital, algo insólito a nivel municipal, en colaboración con el Observatorio Español de Delitos Informáticos (OEDI), posicionando a la pequeña localidad de la Vega Baja como referente frente a esta lacra.

En este punto, de referencia comarcal, informáticos forenses examinan móviles y ordenadores en busca de programas que controlen a las víctimas de violencia machista. El Ayuntamiento de Bigastro es pionero en iniciar este servicio, gracias a la Unidad de Igualdad y Prevención de la Violencia de la Concejalía de Servicios Sociales, Igualdad y Políticas Inclusivas. Los técnicos de Servicios Sociales están contactando con las víctimas de violencia doméstica a las que hacen seguimiento para que acudan con sus dispositivos para comprobar, en tan solo 24 horas, si tienen instaladas aplicaciones que las espían sin saberlo. «De momento, a las primeras que han acudido no se les ha encontrado ningún software espía», explica Abraham Fernández, Técnico de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Bigastro y uno de los impulsores de esta gran iniciativa.

Los informáticos forenses, que trabajan para la administración de justicia y colaboran con la Policía, acudirán al ayuntamiento bigastrense cada 15 días en virtud del convenio firmado entre el consistorio y el Observatorio Español de Delitos Informáticos para que el municipio sea sede comarcal de este ente para luchar contra la llamada violencia de control. «Con una unidad portátil analizan los dispositivos para ver si tienen ‘spyware’ o programas para suplantar su identidad, por ejemplo, en redes sociales, y tras extraer las pruebas, el equipo de intervención familiar las analizamos para ver si hay evidencias o no de acoso», explica Fernández. Es un servicio gratuito, que en Bigastro complementa al de la atención psicológica y la asesoría jurídica a las víctimas.

La mayoría de las veces en las que se ha detectado software espía en el móvil de una mujer suele ser instalado por su pareja o expareja, pero también se han dado casos de compañeros de trabajo o incluso de estudios, amistades o hasta seguidores de sus redes sociales. «Nuestro personal del equipo de intervención familiar, ante el más mínimo indicador, ofrece una atención integral, tanto psicológica, legal como socioeducativa», señala la edil de Servicios Sociales de Bigastro, Nuria Andreu.

A veces las víctimas se encuentran con sus agresores en lugares donde nunca hubieran pensado coincidir con ellos, pero no es coincidencia, es que les han instalado un software de control en su móvil para saber su ubicación en cada momento. Abraham Fernández relata que «hubo hasta un caso, según han explicado los expertos, en el que una mujer no podía entender cómo su exmarido podía conocer las conversaciones que tenía con su actual pareja y era porque el hombre había regalado a su hijo en común, en la Comunión, una tablet en la que instaló un programa que activaba el micrófono cada vez que se encendía».

El Presidente del Observatorio Español de Delitos Informáticos, Salvador Samper, alerta del «crecimiento exponencial de acoso indiscriminado a través de la tecnología». De hecho, este año se han detectado más de 48.000 instalaciones en dispositivos móviles a nivel global con el fin de monitorizar la actividad digital de las víctimas, según la empresa de ciberseguridad Kaspersky.

FUENTE: https://www.informacion.es/vega-baja/2020/12/20/bigastro-pionero-detectar-mujeres-maltratadas-26568700.html